Cómo diferenciar un zapato de mujer hecho a mano de uno industrial
Si lo que buscas es calidad y seguridad a la hora de escoger unos zapatos de mujer, no hay duda de que debes conocer la diferencia entre un zapato de mujer hecho a mano y uno industrial.
Un zapato artesanal es perfecto para aquellas mujeres que le dan importancia al calzado. Apostar por un producto salido de manos de un zapatero te permitirá caminar con tranquilidad, sabiendo que lo haces con seguridad, con salud y con exclusividad.
Mucha gente piensa que los zapatos hechos a mano solo se compran por lujo, pero esto no es así.
Un zapato hecho a mano ofrece muchas ventajas para quien lo usa, y por eso suelen ser tan codiciados.
Te cuento algunas de las características de este tipo de calzado.
La mano del profesional tiene una intuición que no tiene la máquina industrial. Así, un zapato hecho a mano es capaz de adaptarse mejor a tu forma y proporcionarte mayor seguridad al andar.
Por el mismo motivo que antes, la salud de tus pies depende del calzado que uses. Un zapato de mujer hecho a mano te permitirá caminar con un mejor apoyo, y eso repercutirá en tu salud a largo plazo.
Los zapatos industriales de mujer se hacen todos bajo el mismo molde y se trata de abaratar precios en su construcción para que salgan rentables.
Esto impide que todas las mujeres puedan sentirse cómodas, ya que el zapato es el mismo pero cambia la persona. Los zapatos hechos a mano cuidan mucho más la comodidad del usuario, así que son una buena apuesta.
Sin duda, una de las principales ventajas de los zapatos de mujer hechos a mano frente a los industriales es la exclusividad.
Incluso aunque el artesano trabaje con sumo cuidado, cada pieza será diferente de las demás, y eso le aporta un aura única que no van a tener los productos salidos de una máquina.
La principal diferencia está en la calidad. Los zapatos hechos a mano durarán más y serán más resistentes que los industriales.
Esto se debe principalmente a que los materiales empleados son más refinados y las técnicas de fabricación son distintas. La disposición y la costura a mano siempre van a ofrecer mejores resultados que los que puede conseguir un zapato fabricado en masa.
Una forma de diferenciar ambos calzados es, entonces, conociendo su calidad.
La verdad es que hay que tener buen ojo para esto, y a menos que estemos muy acostumbrados a ver zapatos, es difícil de distinguir a simple vista.
Pero por lo general un zapato barato y de materiales pobres nunca será artesanal, mientras que uno realizado en cuero y con un diseño preciso tiene más probabilidades de estar hecho a mano.
Lo mismo sucede con las costuras, ya que los zapatos de mujer artesanales se cosen a mano, mientras que los industriales presentarán un patrón similar, que indica que están realizados por una máquina.
En una cadena de montaje puedes encontrarte con productos defectuosos que pasan a las tiendas debido a la gran cantidad de zapatos que debe manejar la empresa. No sucede lo mismo con los hechos a mano, ya que cada producto es único y se cuida individualmente, de modo que es muy improbable que encuentres cualquier desperfecto.
Por último, aunque no es algo que se pueda apreciar a simple vista, sí se conoce con el tiempo: un zapato de mujer hecho a mano será muy cómodo y estable, y durará mucho tiempo y muchos kilómetros, mientras que uno industrial se desgastará fácilmente.
Si aún tienes dudas a la hora de comprar un zapato, no tienes más que preguntar al vendedor o al distribuidor de esa marca, aunque en la mayoría de casos el origen artesanal de un calzado suele venir indicado en la etiqueta o en el modo de fabricación de cada casa.
Aunque los zapatos industriales puedan parecer una buena opción en un primer momento, debido a sus precios baratos (aunque no en todos los casos es así), al final terminan saliendo más caros que los zapatos artesanales.
Esto se debe a que un calzado hecho a mano es una inversión que una mujer hace sabiendo de antemano que lo que compra es un producto duradero y de calidad. Un zapato industrial que cueste menos, terminará estropeándose con el tiempo y habrá que sustituirlo por otro, de modo que finalmente es más caro que uno artesanal.
Sabiendo que los calzados hechos a mano son de mejor calidad, más exclusivos, más resistentes y, a la larga, más baratos, ¿a qué esperas para comprar tu par preferido?
Cómo diferenciar un zapato de mujer hecho a mano de uno industrial